9 de diciembre de 2010
A principios de noviembre el gobierno cubano dio a conocer el "Proyecto de lineamientos de la política económica y social", un documento que resume los cambios económicos propuestos por el equipo de Raúl Castro y que servirá de base para el debate en el VI Congreso del Partido Comunista a celebrarse en abril de 2011.
El proyecto reconoce y promueve diferentes formas de propiedad y producción, descentraliza la economía, da autonomía a las empresas públicas, promueve el desarrollo a nivel municipal, elimina subvenciones y crea Zonas Especiales de Desarrollo.
El documento dice que se debe “reconocer y estimular” las empresas mixtas, cooperativas, arrendadores de establecimientos, trabajadores por cuenta propia y “otras formas de gestión”. Se especifica que en los servicios gastronómicos se promoverá la actividad privada y, en general, se revisarán “las prohibiciones que limitan el comercio actual”.
Las empresas estatales gozarán de una mayor autonomía, sus finanzas no podrán ser intervenidas, administrarán su propio capital de trabajo y decidirán sobre inversiones y precios. Sin embargo, las que no resulten rentables pasarán a liquidación. El gobierno se propone reducir el número de empresas subvencionadas y sólo se mantendrán las que cumplan funciones estatales y de gobierno o servicios como la salud y la educación.
Continuarán reduciéndose los subsidios, empezando por la eliminación de la libreta de abastecimiento, mediante la cual todos los cubanos reciben alimentos básicos a precios bajos. En su lugar se buscarán “vías para proteger la población vulnerable o de riesgo en la alimentación”.
También se propone que se autorice la compraventa de viviendas, algo que estuvo prohibido durante décadas. También se darán facilidades para construir y reparar casas, incluyendo la posibilidad de contratar a privados.
En Cuba, a partir de 1968, se aplicó un proceso extremo de estatizaciones que confiscó desde grandes hasta pequeñas y medianas empresas. Ello se llevó a cabo como parte de la “ofensiva revolucionaria”. En aquellos años 58.000 pequeños negocios, principalmente en las ciudades, fueron expropiados: vendedores de helados, peluquerías, reparadores de calzado, etc.. El resultado de esa acción fue el crecimiento del sector público y de la burocracia estatal, una paulatina reducción de productividad y un empobrecimiento relativo de la población.
Durante años la Unión Soviética fue el sostén de la economía cubana, principalmente por la vía de la compra de productos a precios irrealmente elevados. Pero, tras la caída de la URSS, el apoyo también cayó. Entonces, los apagones llegaron a ser de 12 y 14 horas diarias, el transporte público casi desapareció, cientos de empresas cerraron y la comida escaseó hasta el punto que una epidemia de neuritis afectó a decenas de miles de personas.
A principio de los años 90 el país se vio obligado a dar pasos para paliar la crisis por la caída del campo socialista. Se legalizó la tenencia de dólares, se permitieron las remesas familiares y se abrieron el turismo y la inversión extranjera. La gente empezó a tener dinero y con ello se deprimió el Estado benefactor y el sistema de agradecimientos, sostenes de la burocracia. Ante el posible desdibujamiento del poder del Estado, las reformas se detuvieron. También influyó la aparición de un nuevo sostén, luego del ascenso al poder de Hugo Chávez en Venezuela en 1999.
Venezuela ha destinado millones de dólares en convenios con Cuba. A su vez, la exportación de servicios médicos, de la cual Venezuela es el principal consumidor, significa para la isla 50% de lo que ingresa por las exportaciones de bienes y servicios y más del doble de lo que genera el turismo.
Pero la situación venezolana está cambiando y es poco probable que se sostenga en el tiempo el mismo ritmo de ayuda que se produjo desde 2006. Por otra parte, la ayuda venezolana, no ha sido suficiente para paliar la crisis estructural del modelo cubano. Esto lo han entendido bien los cubanos y de allí el giro económico. Uno de los primeros en reconocerlo fue el histórico líder Fidel Castro.
Cuando en setiembre Jeffrey Goldberg, de la revista estadounidense The Atlantic, le preguntó si pensaba que el modelo cubano era algo que todavía valía la pena exportar, Castro le respondió: “el modelo cubano no funciona más ni para nosotros”.
Se ha dicho que las reformas tienen inspiración en el modelo vietnamita. Raúl Castro fue quien condujo la relación de Cuba con Hanoi. Se sabe también que volvió muy entusiasmado con lo que vio, en Vietnam, durante su viaje a aquel país en abril de 2005. El modelo significaría un alto grado de libertad económica, aunado a un férreo control del poder por parte de las Fuerzas Armadas y del Partido Comunista. Para el escritor y político mexicano Jorge Castañeda, por diversas razones, es poco probable que Cuba llegue a adoptar el modelo vietnamita.
A partir de 2011 se verá si la isla efectivamente comienza a salir del comunismo económico y, de ser así, por qué puerta lo hará.
"Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez". Martin Luther King
Cuba: ¿después del comunismo qué?
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