11 de junio de 2010
Geórgios Andréas Papandréou es el actual primer ministro de Grecia. Es hijo del legendario Andréas Papandréou, varias veces primer ministro y fundador en 1974 del Pasok, el Movimiento Socialista Panhelénico. Es, asimismo, nieto de Geórgios Papandréou, también primer ministro y fundador en 1935 del Partido Socialista Democrático de Grecia.
Mucha agua bajo los puentes ha pasado desde que el padre del actual primer ministro hacía campaña en contra de que Grecia formara parte de la OTAN y de la Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea). Andreas Papandréou creó el Sistema Nacional de Salud, promovió el turismo subsidiado para familias de bajos ingresos e introdujo pensiones para las personas mayores. Impuso el matrimonio civil y pasó a manos del Estado propiedades de la Iglesia. También introdujo reformas en el sistema educativo, permitiendo que los estudiantes participaran en las elecciones de docentes y decanos en las universidades.
Ahora, su hijo debe enfrentar una grave crisis financiera heredada del anterior gobierno y ha recurrido al Fondo Monetario Internacional. Como parte del acuerdo con el FMI, se comprometió a tener listo para fines de 2010 un plan de privatizaciones de empresas públicas, con el objetivo de recaudar al menos 1.000 millones de euros anuales entre el 2011 y el 2013.
Este programa de privatizaciones hará un aporte pequeño para resolver los problemas de deuda del país, pero es una señal de su compromiso con las reformas económicas.
El gobierno griego está considerando comenzar de inmediato con el procedimiento para privatizar el 49% de la compañía estatal de trenes OSE, el 39% del correo Hellenic Post, el 23% de la compañía de agua potable de Tesalónica EYATH, la productora de níquel Larco y la venta de bienes raíces en manos del Estado. Luego vendría la venta de la empresa estatal de gas DEPA y del aeropuerto internacional de Atenas, entre otros activos.
El Gobierno quiere retener, al menos en el corto plazo, su lucrativa participación del 34% en el monopolio OPAP, la tercera mayor firma de apuestas de Europa, su 20% en OTE, la mayor compañía de telecomunicaciones de los Balcanes y la empresa de electricidad Public Power Corporation (PPC).
La venta más difícil será la de la compañía ferroviaria, ya que las últimas cifras muestran que en 2008 perdió 830 millones de euros. “Los niveles de corrupción dentro del sistema ferroviario de Grecia son astronómicos, superan cualquier creencia”, dijo Constantinos Michalos, jefe de la Cámara de Comercio de Atenas.
Gran parte de la suerte del plan depende de la actitud que adopten los sindicatos griegos, que ya han realizado numerosas protestas contra los planes de ajuste del gobierno.
La suma de 3.000 millones de euros que se recaudaría con las privatizaciones en los próximos tres años sería casi simbólica en los esfuerzos por reducir los 310.000 millones de euros que Grecia tiene como deuda, pero el Estado también logrará ahorros al desprenderse de firmas deficitarias e impulsar la competencia en la economía.
Después de Irlanda (14,3%), Grecia fue el país de la Unión Europea con mayor déficit fiscal en 2009: 13,6% del PBI. Le siguieron Reino Unido (11,5%) y España (11,2%). Grecia es, por lejos, uno de los países más dilapidadores de Europa, con un déficit público promedio anual de 5,7% del PBI, sólo superado por Hungría, con 6,1% y seguido de cerca por Malta (5,5%) y Eslovaquia (5,2%). Es también de los que acumula mayor deuda pública: 115,1% del PBI, superada apenas por Italia, con 115,8%.
Parece claro que “privatización” ya no es una mala palabra para el socialismo moderno y que, al menos para los europeos, socialismo ya no es opuesto a capitalismo. A mediados de los años 70 los socialistas consideraban que, a través de la planificación y, en especial, de la nacionalización, el poder político podría imponerse al poder económico. François Mitterrand consideraba necesario “que la colectividad nacional se hiciera dueña de un cierto número de polos dominantes, en primer lugar, del crédito”.
Luego de muchos fracasos, el pragmatismo parece haber triunfado. La crisis griega termina de demostrar que no es posible que un gobierno viva con un déficit alto y persistente en sus cuentas. Hoy la población ya no tolera niveles elevados de inflación y esos déficits, cubiertos con endeudamiento, tarde o temprano salen a la luz y de forma dolorosa.
Para amortiguar ese dolor se recurre a las “joyas de la abuela” (las empresas públicas) sin ningún tipo de sentimiento de culpa. Muy pocos son los que sostienen hoy día (al menos en el mundo desarrollado) que para mejorar el nivel de vida de la población es necesario que el Estado tenga unidades productivas. El pragmatismo permite evaluar correctamente las disyuntivas que se presentan: ante de la posibilidad de un default con consecuencias muy negativas o la necesidad de contraer empréstitos a tasas elevadas, la venta de las cuotas partes de las empresas públicas puede llegar a ser un “negocio” sumamente atractivo para la sociedad.
Leer más notas en Espectador Negocios.com
"Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez". Martin Luther King
Privatizaciones sin escozor
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario