Paradojas del crecimiento

8 de setiembre de 2008

El Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó la semana pasada los resultados de la Encuesta Continua de Hogares a julio de este año. De dicha encuesta se extraen las estimaciones sobre niveles de actividad, empleo y desempleo de la población.

Lo noticioso del informe fue la estimación puntual de la tasa de desempleo a nivel nacional, que volvió a bajar, ubicándose en 7,6% de la Población Económicamente Activa.

Sin ser las tasas históricas más bajas, son tasas muy reducidas. En Montevideo hubo tasas inferiores a las actuales entre 1970 y 1972 y entre 1980 y 1981. La tasa de desempleo más baja de que se tiene registro sigue siendo la de 1981, de 6,6%.

Lo particularidad de lo que está sucediendo ahora viene de dos fuentes. Por un lado, la pequeña baja en el desempleo se explica básicamente por la baja en la tasa de actividad. Esta tasa mide el porcentaje de las personas de 14 años o más que tienen al menos una ocupación o que, aun sin tenerla, la buscan activamente.

La estimación puntual de la tasa de actividad para el total del país se ubicó en el mes de julio en 61,8%. El informe del INE señala que existe una reducción en los niveles de oferta de trabajo del total del país respecto a igual mes del año 2007.

Otro dato que revela el informe es el del incremento de las tasas de subempleo. Se consideran subempleadas a aquellas personas que trabajan menos horas de lo “normal” y desearían trabajar más. El subempleo se estimó en 17% de los ocupados, lo que marca un aumento de al menos 4 puntos porcentuales respecto a los registros del año pasado.

Ambos fenómenos, y principalmente el primero, podrían ser paradojas del crecimiento. A medida que el nivel de ingresos de la población va aumentando, menos personas tienen necesidad de ofrecerse en el mercado laboral y es probable, también, que algunas puedan aceptar trabajos part time (aunque si fueran part times voluntarios técnicamente no serían subempleados).

Esto lleva al asunto de la tasa natural de desempleo, la tasa de desempleo “óptima”, el nivel de desempleo que no genera distorsiones en otras variables como la inflación. Si el desempleo se ubica por debajo del desempleo natural se podrían generar presiones inflacionarias. Aunque parezca un contrasentido, un desempleo demasiado bajo pude tener algún efecto secundario no deseado.


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