22 de setiembre de 2008
Por suerte el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, anunció el jueves pasado un amplio plan gubernamental para calmar a los mercados estadounidenses y resolver los problemas del sistema financiero en general.
El viernes Paulson ya fue más preciso, dijo que el gobierno presentará esta semana al Congreso un paquete legislativo de rescate, que ascenderá a cientos de miles de millones de dólares y agregó que “tiene que ser lo suficientemente grande como para hacer una diferencia real y llegar al corazón del problema”.
Simultáneamente, el Banco de la Reserva Federal (FED) inyectó el viernes reservas temporarias por US$ 20.000 millones al sistema bancario a través de acuerdos de recompra a 3 días. El jueves, la FED había inyectado un total récord para un día de US$ 105.000 millones en reservas temporarias, mientras los demás bancos centrales reforzaban sus iniciativas para reactivar los mercados crediticios.
Los fondos federales en el mercado estadounidense de préstamos interbancarios a un día se colocaron a 2,25% el viernes, tras el anuncio de la inyección de dinero. Ese nivel fue ligeramente superior a la meta fijada por la FED para el costo del crédito interbancario, de 2%.
El departamento del Tesoro también anunció el viernes que usará US$ 50.000 millones para garantizar fondos de inversión de mercados de dinero cuyo valor activo neto caiga debajo de US$ 1, en otra medida para contener la turbulencia de los mercados financieros.
El viernes los mercados reaccionaron con euforia a estas medidas. Ahora, ¿qué hubiera pasado si no se hubieran tomado o si el Congreso de los Estados Unidos no aprueba el paquete? Seguramente un derrame de pesimismo en los mercados mundiales. De hecho, los efectos ya se habían comenzado a sentir en el Uruguay.
El riesgo país había subido el miércoles a niveles que no se alcanzaban desde mediados de 2005. El mercado cambiario mostraba una alta volatilidad y las tasas de interés en moneda nacional demandas por los compradores de Letras del Banco Central habían ido subiendo. Todo lo cual no hacía más que encarecer el costo de la deuda pública, disminuir del llamado “espacio fiscal” y poner el riesgo las metas de inflación.
El contribuyente norteamericano terminará pagando los platos rotos de los errores de gestión de muchas empresas de su país y de varios países como Uruguay.
"Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez". Martin Luther King
Gracias al contribuyente americano
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