El futuro en disputa

La exclusión del ex ministro de Economía y actual senador, Isaac Alfie, de la encuesta sobre expectativas de inflación y actividad que realiza el Banco Central (BCU) levantó cierta polvareda, pues coincidió con un pronóstico de una inflación elevada para el 2008. Concretamente, en noviembre Alfie había vaticinado que el IPC del año entrante subiría por encima del 10%, mientras que ninguno de los demás analistas consultados preveía una inflación superior al 8%.

En la encuesta de diciembre la proyección promedio de inflación para 2008 fue de 6,61% y las predicciones van de un mínimo de 5,7% a un máximo de 7,8%. Como es fácil deducir, incluso dentro de las opiniones aceptadas por el BCU hay visiones bastante diferentes sobre lo que puede llegar a acontecer con el IPC: hay dos puntos porcentuales de distancia entre quienes pronostican la inflación más alta y la más baja.

Si se piensa que los precios de los bienes no elaborados (frutas y verduras, por ejemplo) dejarán de subir, si se piensa que el petróleo detendrá su ascenso, si se piensa que el gobierno mantendrá la política de moderar los aumentos de las tarifas públicas, si se piensa que el dólar continuará bajando y si se piensa que se lograrán contener los aumentos salariales, entonces se puede estimar una inflación relativamente bajo control.

Pero para que la inflación quede bajo control y debajo del máximo de 6% que se puso como meta el BCU, prácticamente se deberían dar todas esas circunstancias en conjunto. Y, francamente, la probabilidad de que todo eso suceda al unísono es prácticamente nula.

Por ejemplo, sería imprudente esperar buenas noticias del precio del petróleo. Ya se vio la semana pasada que el mismo está muy sensible ante cualquier acontecimiento político relevante. Tampoco sería maduro esperar aumentos salariales moderados. La negociación se postergó para mediados del año que viene, pero en ninguna hipótesis los ajustes serán inferiores al 9,5% anual en el sector privado.

Sólo un dato es prácticamente seguro: a menos que acontezca algo imprevisto, el precio del dólar no podrá aumentar.

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