Cocinando con habas

“El gobierno va en la dirección equivocada. Nosotros queremos ir al sur, pero estamos caminando para el norte porque en un país que tiene las dificultades de competitividad que tiene el país, que está perdiendo terreno en la economía internacional no puede poner como prioridad de sus preocupaciones la construcción de un Estado de bienestar social”.

Quien hizo estas declaraciones no fue un político de la oposición ni un empresario molesto con el gobierno. Fue el coordinador general del movimiento político Chile Primero, Jorge Schaulsohn, ex diputado y ex presidente del Partido Por la Democracia de Ricardo Lagos.

Por estos lados los políticos de la oposición y algunos empresarios también se quejan del gobierno. Sin ir más lejos, el martes pasado algunos de los empresarios que se entrevistaron con el secretario de Comercio de los Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, pintaron un panorama sombrío sobre el clima inversor en Uruguay.

Gran parte de lo que escuchó Gutiérrez en esa reunión fue un rosario de críticas al gobierno. Hubo quejas sobre la nueva normativa laboral, sobre las reglas en materia de propiedad agropecuaria, sobre reformas “de corte estatista” como la tributaria y la de la salud y sobre el “atraso cambiario”.

Quienes hicieron esas afirmaciones evidentemente tenían ganas de desahogarse. Pero hubiera sido mejor que lo hubieran hecho frente a un psicólogo y no frente en un representante de altísimo rango del gobierno de los EE.UU.. Nadie en su sano juicio puede suponer que ni Gutiérrez ni ningún otro alto funcionario estadounidense va a interceder o presionar al gobierno uruguayo para que devalúe o dé marcha atrás en determinadas leyes, algunas de las cuales rigen en el país del Norte. El empresariado uruguayo tiene que aprender a convivir con el gobierno. Tiene que profesionalizar la labor de defensa de sus derechos. Y tiene que trabajar mucho y con argumentos sólidos, si cree que sus posturas son las más racionales.

Hasta en Chile, país al que muchas veces se pone de ejemplo, se cuecen habas (y con una receta parecida).

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